Siéntate cómodamente y con los ojos cerrados. Acalla tu diálogo interno concentrándote en tu respiración. Después de algunos minutos, pon tu atención en tu corazón.
Visualiza tu corazón como una esfera palpitante de luz, en esa esfera visualiza dos o tres seres divinos o energías arquetípicas, pueden ser ángeles, deidades o avatares en quienes creas.
Ahora visualiza el resto de tu cuerpo también como un cuerpo de luz, imagina lentamente que este cuerpo de luz y su esfera palpitante de seres divinos se expande hasta ocupar por completo la habitación en la que estés sentado.
Permite que la expansión traspase los confines de la habitación, de manera que ya no estés en ésta sino que ella esté en tí. Continua el proceso de expansión de tu cuerpo de luz hasta que la ciudad entera en la que vives exista en tu cuerpo, edificios, gente, tráfico y campo. Sigue expandiendo tu sentido del yo hasta incluir en tu ser físico el estado en el que vives, tu país y finalmente el planeta entero.
Observa cómo el mundo entero existe en tí: todas las personas, los demás seres sensitivos, árboles y bosques, lluvia y luz del sol, tierra y agua. Estos son distintos componentes de tu ser, son los distintos órganos de tu cuerpo. Ahora dí en silencio: "NO ESTOY EN EL MUNDO, EL MUNDO ESTÁ EN MÍ".
Si percibes algún desequilibrio en este mundo tuyo, pide a los seres divinos que siguen bailando en la esfera palpitante de tu corazón que los corrijan. Pídeles que cumplan cualquier deseo que tengas y que den armonía, belleza, alivio y júbilo a las ditintas partes de tu ser cósmico.
Continua expandiendo tu sentido del yo hasta incluir planetas y lunas, estrellas y galaxias. Ahora dí en silencio: "NO ESTOY EN EL UNIVERSO, EL UNIVERSO ESTÁ EN MÍ".
Empieza a disminuir lentamente el tamaño de tu ser cósmico hasta que puedas sentir otra vez tu cuerpo personal. Imagina que los trillones de células de tu cuerpo personal forman parte de una danza, que cada célula es un universo en tero en sí misma. Recuerda que tu ser auténtico habita en todos estos niveles de la creación. del microcosmos al macrocosmos, del átomo al Universo, de tu cuerpo personal a tu cuerpo cósmico. Recuerda que en cada uno de estos niveles de tu existencia están a tu alcance las energías divinas que organizan de manera no circunscrita la danza cósmica para crear la interacción armoniosa de los elementos y las fuerzas que pueden realizar cualquier deseo. Expresa tu agradecimiento a estas energías arquetípicas. Ahora permanece sentado o acostado en silencio percibiendo todas las sensaciones de tu cuerpo. Tal véz tengas cosquilleos o te sientas eufórico.
Después de dos o tres minutos abre los ojos. El ejercicio ha concluido.........
Del libro SINCRODESTINO de DEEPAK CHOPRA
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