Los tiempos de la existencia que nos toca se nutren con el efecto de los actos cotidianos, y en ese constante devenir, avanzamos, nos detenemos o retrocedemos, y no pocas veces perdemos conciencia de que ello es una de las tantas pruebas asignadas, quizá física, quizá psicológica, e invariablemente espíritual.
Sortear cada obstáculo es encomiable desafío a la determinación. Sublñimarse espiritualmente es, en cambio, el loable objetivo.
¿POR QUÉ A MÍ? Se pregunta el ser humano que aún en la plenitud de su maduración no alcanza a vislumbrar totalmente su ubicación en el contexto universal, ni a adquirir noción de la relatividad permanente de sus circunstancias.
BIENVENIDAS entonces las pruebas, que nos dan la oportunidad de superarnos, experimentando conscientemente la sensación de haber avanzado un paso más hacia la consecución de un mayor nivel espiritual, pues ello significa depurarnos progresivamente.
¿QUE SERÍA LA VIDA SIN PRUEBAS?
¿EXISTE ALGUNA VIDA SIN PRUEBAS?
Tal vez quienes estén en el umbral de la perfección pueden contestar el interrogante.
Nosotros deberemos aguardar varias existencias para saberlo. Mientras tanto, hay que subir la cuesta, agradeciendo poder hacerlo, pues el camino es mudo testigo de REZAGADOS E IMPOTENTES.
Cada uno a su manera, a su velocidad. La única, ineludible condición, es el correcto sentido moral y la nobleza de corazón. Luego ese finito, acotado y pequeño lapso de tiempo llamado vida se encarga de dejarnos la enseñanza que debemos acrisolar si queremos seguir creciendo.
del libro PENSAMIENTOS DE UN ARTISTA MARCIAL
autor DANIEL ANTONIO SPINATO
editorial PLANETA
No hay comentarios:
Publicar un comentario