Cambiar un cuerpo frágil y sin entrenamiento por uno comprometido a conseguir la fuerza de una montaña, la potencia del viento y la flexibilidad de las ramas de un árbol, cuyo tronco mantiene su firmeza.
Lograr el bienestar del cuerpo y hacer de él, una fuente de felicidad emergente para otros.
Cuando otros dicen: QUE FRÍO QUE HACE, recordar el entrenamiento en el aire frío del mes de julio.
Cuando otros dicen: QUE CALOR HACE, recordar el entrenamiento bajo los soles enormes del verano.
Cuando otros dicen: CUANTOS PROBLEMAS, recordar nuestros momentos de esfuerzos en cada RETIRO o ENTRENAMIENTO.
Cuando otros se quejen...solo hacer silencio...y no sumar quejas...SÓLO DAR CONSEJOS A QUIENES SABEMOS LOS RECIBIRÁN BIEN, Y QUE SEAN PRODUCTO DE NUESTRAS EXPERIENCIAS Y NO POR HABERLOS LEÍDO.
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