Una clase de ARTES MARCIALES en la cual no se respeta el lugar
de práctica y entrenamiento, es una mesa a la cual le falta una pata…y ni
hablar cuando el espacio es ajeno u ocupado por otro.
De acuerdo a antiguas creencias, el espacio de entrenamiento
según el silencio y respeto que desplieguen los instructores y alumnos, crea un
flujo turbulento en rotación espiral con trayectorias en corrientes cerradas(vórtice),
que conecta con todas las dimensiones y planos.
Por algo al comenzar nuestra clase realizamos un saludo
firme y respetuoso a todos LOS MAESTROS ANTERIORES, y no sólo a aquellos que
nos han legado nuestro ARTE, sino que también es un recordatorio de NUESTROS
ANCESTROS/FAMILIARES que ya no se encuentran en este plano de existencia. Pero con el saludo los estamos llamando para que
nos protejan en la clase, a punto de comenzar.
Este saludo se repite al finalizar, para llevar esa
protección allí por donde vayamos.
CONCLUSIÓN: es muy importante respetar el espacio que uno
ocupa y sobre todo el lugar ocupado por un prójimo. Sea un lugar de
entrenamiento de ARTES MARCIALES o el sitio ocupado dentro de un vagón de subterráneo.